Les dejo el teaser:
“¿Físicamente?” Me dolía la mandíbula con fiereza, pero me obligué a mover el mentón de arriba abajo “¿Quieres más?” Elegí mis palabras con cuidado “Lo que quiero es un hogar donde mi familia esté a salvo, y sólo nosotros podemos proveerlo. Nosotros estamos primero”
Rolland inclinó la cabeza hacia un lado, su mirada fija en mi rostro “Lo estamos. Y pronto tendrás ese hogar seguro para tu familia. Ya está en camino” Quería saber exactamente cómo iba a estar ya en camino, porque todo lo que había visto hasta entonces por su parte era un montón de muertes desagradables. La tensión llenó el silencio que se estableció entre nosotros y entonces golpeó la puerta “Ve a hacer lo que tienes que hacer, pero por favor, no lances a Sadi contra nada. Ella tiene ciertas habilidades de las que puede que tenga que hacer uso después”
A caballo regalado no le mires el diente, así que me di la vuelta y me dirigí hacia la puerta.
“Oh. ¿Y Daemon?” Mierda. Me paré, girándome hacia él. La maldita sonrisa volvía a estar en su cara, la misma que tenía antes ese día en las noticias locales. Cuando dijo a la ciudad, o a lo que quedaba de ella, que todo iba a estar bien, que la humanidad prevalecería y mucha más de esa mierda que él consiguió que pareciese creíble.
“No me hagas arrepentirme de no haber acabado con tu vida en la limpieza, porque si eres un trataaie” dijo, volviendo a nuestra lengua nativa “no seré yo a quien deberás temer, sino a los seni—traaie. No sólo perderás a tu familia, sino que esa pequeña chica sufrirá una muerte lenta y dolorosa, y su horror será lo último que veas. ¿Inteliaaie?”
Con la espalda rígida, asentí “No soy un traidor y sólo responderé ante nuestro líder. Lo entiendo”
“Bien” Dijo, alzando la mano. Un mando voló de la mesa a ella. “Recuerda. No lances a Sadi”
Despedido con aquella advertencia que me mordía el trasero, abandoné la oficina y a punto estuve de arrollar a mi hermana mientras salía al patio.
Me sujetó del brazo, sus dedos clavándose en mi piel “¿En qué demonios estabas pensando?”
“¿No se suponía que le estabas cogiendo algo de comer?”
Sus ojos llamearon “Podrías haber acabado muerto ahí dentro por protegerla”
La miré por un instante, buscando algo, cualquier cosa en ella, pero no encontré nada. Aparté con cuidado su mano “No tengo tiempo para esto”
“Daemon” Ignorándola, caminé por la zona de descanso llena de asientos y subí los escalones de dos en dos. Cuando llegué al segundo descansillo, podía escuchar los gritos que venían del tercer piso.
Fuente: Saga Lux Spain
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